jueves, 16 de diciembre de 2010

Cuando un último paso deja borrado todo un camino de orgullo.

Vete.
- Me quedaré
+ ¿Por qué tienes que llevarme siempre la contraria?
- Sé que te encanta
+ No
- Sí
+ Cállate.
- Te llevaré a la esquina del mundo, donde solo estemos tu y yo, donde huela a mar, aunque estemos rodeados de nieve. Te llevaré con los ojos vendados. Y lentamente te quitaré la venda de los ojos, verás un mundo que no había visto antes, verás a una persona que jamás se dejó conocer.
+ Sí que te conozco y de sobra, de hecho sabía que ahora venía de nuevo la promesa que jamás me creeré de turno.
- No
+
- ¿ No vas a parar nunca?
+ No
- Voy a besarte.
+ Ni lo intentes, odio los besos robados.
- Mientes.
+ Empezando por cuando te invite a marcharte, segundo, cuando dije que no creería la promesa  y la mayor mentira que he dicho en mi vida es acerca de los besos robados.

No me dejes engañarte.


Que no puedo engañarte, que ya mis ojos no te miran, que ya mi boca no te busca. Que tu saliva no me sabe a miel. Y tus labios al rozarme no me dejan en carne viva. Que no muero porque me agarres. Que no me lastiman tus enfados.
Que quizás pueda engañarte, pero yo no me engaño.
Guardo en una caja todo lo que me diste, lo guardo con cariño, sin ánimo de lucro futuro. Pero que lo guardo. Que hay un pasado que no deja mezclarse con el presente, y mi reloj solo avanza indicándome donde estamos.
Pasado presente y futuro.
Vete a tu lugar, y no me obligues a echarte que es lo que más me dolería, verte sufrir por las esquinas pensando en que fue culpa mía.
Que no perteneces a los cambios, y estos han entrado en mi vida sin avisar, sígueles los pasos y lárgate por la salida de emergencia, sin notar tu ausencia cada día aunque sea lo que deseo y no me atreva a pronunciarlo frente a esa boca que fue mía.
Siempre te entusiasmó mi sinceridad e irónicamente al lado tuya no puedo conseguirla, porque tengo que decir te quiero a quien ahora he de decir simplemete te quería.

Dale al play




Quizás me arranque con una mirada. Quizás me arranque con un simple guiño de ojos. Quizás me arranque con una bonita dedicatoria, con una canción, o con un espeluznante párrafo. Quizás me arranque con un buenos días, buenas tardes o un más probable buenas noches.Quizás me arranque con un beso. Y así quizás arranque tu camisa.
Aunque puede que absurdamente no arranque con nada.