La jamás vencida en una batalla contra sus esclavos. La siempre maestra de sus semejantes. La que embaucaba con su sonrisa, que ahora le da miedo mostrar y desconocía palabras absurdas de enloquecidos a causa del corazón.
Aquí, ahora viene la experta en pequeños gestos que cuestan trabajo, por muy amenos y comunes que sean, la inexperta en tu tema, pero la experta en otros quizás más importantes. La experta te analiza sutilmente, pero solo le basta pronunciarte un nombre para diagnosticar tu enfermedad. Lo siento bonita.. padeces de amor.
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